ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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AAA ¿Son necesarios los templos para adorar y rendir culto a Dios? ¿Dios vive o manifiesta su presencia en los templos? ¿Qué dice en realidad la Biblia?


Frecuentemente encuentra uno creyentes que dicen que no son necesarios los templos para dar adoración o culto a Dios. Y argumentan esto citando la siguiente cita de los Evangelios:

"Nuestros antepasados, los samaritanos, adoraron a Dios aquí, en este monte; pero ustedes los judíos dicen que Jerusalén es el lugar donde debemos adorarlo."

Jesús le contestó:

—Créeme, mujer, que llega la hora en que ustedes adorarán al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén.
Ustedes no saben a quién adoran; pero nosotros sabemos a quién adoramos, pues la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran.
Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. (Jn 4,20-24)

Lo que dice esta cita es que la verdadera adoración de los discípulos de Cristo se hace en Espíritu y verdad en toda nuestra vida y con todo nuestro ser porque llevamos su Espíritu en nuestro interior. Eso es cierto y no lo ponemos en duda.

Jesús quiere destacar eso porque los judíos en la antigua alianza nunca reciben el Espíritu, es decir no pueden adorar en Espíritu y verdad, y desde la venida de Jesús con la Nueva Alianza que el estableció al formar su Iglesia si se podrá adorar en Espíritu y verdad al recibir el Espíritu. De hecho el mismo está adorando en Espíritu y verdad porque recibió el Espíritu de forma manifiesta en su Bautismo y sigue sus mandatos directos.

Y Dios lo llamó "mi hijo amado", lo que confirma que la suya si es la adoración que el Padre quiere que le demos.

El está mostrando una nueva condición de la adoración que antes no existía, a la que solo se llegará haciendo parte de la Nueva Alianza que El inauguró y nos trajo.

Y como El sabe perfectamente que su Alianza es para todos los pueblos y no solo para los judíos como hasta ese momento sucedió, es por ello que dice que en adelante no se adorará en ese monte ni en Jerusalén sino en donde su Alianza o la Iglesia que la encarna y que El está formando en esos momentos se encuentre porque sus miembros ya adorarán en Espíritu y verdad desde Pentecostés.

Y eso se demostró con los primeros miembros de su Iglesia, los que en persona lo siguieron como miembros de su Alianza, pues los apóstoles lo siguieron mas de tres años para escuchar frecuentemente su palabra, y Jesús instituyó y celebró con ellos la Eucaristía en el Aposento Alto que hizo las veces de Templo, y los demás sacramentos, para por medio de todo ello llevarlos, a los que creyeran a lo que predicó, a que pudieran adorar en Espíritu y verdad, lo que solo hicieron desde Pentecostés, cuando de la misma manera que a Jesús en su Bautismo le llegó el Espíritu de forma manifiesta para seguir lo que El directamente les indicara.

Y a esos discípulos que ya adorarían en Espíritu y verdad los envió a predicar el Evangelio recibido a todos los pueblos, lo que confirma lo que hemos dicho antes sobre lo que quiso decir Jesús al decir que ya no se adoraría en ese monte ni en Jerusalén sino en el mundo entero a donde llegaran los miembros inspirados de su Iglesia.

Eso quiere decir que se adora en Espíritu cuando este se recibe como lo recibieron Jesús en su bautismo y los apóstoles en Pentecostés, Espíritu que se ha transmitido de la misma manera visible y manifiesta, a quienes desde entonces han sido discípulos de esa misma y única y universal Iglesia hasta hoy, Hch 2, 41-47.
Quien no lo ha vivido de esa manera no puede decir que adora en Espíritu y verdad.
Y solo cuando se recibe de esa forma el Espíritu somos en verdad un templo ambulante del Espíritu Santo.

Pero el adorar en Espíritu y el ser nosotros templos del Espíritu Santo no quiere decir que no es necesario el culto en el Templo porque es allí donde recibimos los bienes espirituales que nos permiten llegar un día a adorar en Espíritu y verdad y ser nosotros templos vivos del Espíritu.

¿Jesús instituyó o celebró la Eucaristía en la calle? No, lo hizo en un recinto digno, el Aposento Alto, que en ese momento hizo las veces de Templo porque aun no los tenía construidos por ser una Iglesia apenas naciente. Eso muestra que los templos son necesarios. Y es ese el sitio adecuado para rendir culto público y comunitario a Dios, el que debe ser exclusivo para El porque solo podemos rendir culto a Dios en un lugar consagrado, separado de los sitios en donde realizamos las actividades diarias, que son mas profanas o menos santas. Por ello en los templos se proclama la Palabra y se recibe la enseñanza de los apóstoles en la homilía, la predicación de la palabra y las oraciones y la colecta, como se reunían los discípulos desde Pentecostés y lo narra Hch 2, 41-47. Para que eso nos lleve a llegar un dia a adorar a Dios en Espíritu y verdad.

Jesús predicaba también en las sinagogas y en la calle pero por la misma razón, por no tener aun templos propios la Iglesia por ser muy nueva, con el agravante de que era perseguida y no podían construir templos ya que la religión oficial y única aceptada de Israel era la judía. Y por eso las casas de los discípulos hacían de templos provisionales (2, 41-47). Pero tan pronto la Iglesia salió de las fronteras religiosas y nacionales de Israel y dejó de ser perseguida comenzó a construir los templos como sitios en donde se tienen las condiciones adecuadas para recibir a los fieles y se rinde dignamente el culto a Dios, separados del mundo, de los sitios donde realizamos las actividades comunes.

Incluso el mismo Jesús expulsó a los mercaderes del Templo judío porque era "la Casa de mi Padre" (Jn 2, 13-14), lo que quiere decir que el Templo si es el lugar hecho especialmente y con las condiciones para reunirse las fieles y donde Dios quiere que le rindan culto y donde se hace presente para que recibamos sus bienes y nos relacionemos con El (el hecho de que el Templo judío haya sido destruido por los invasores de Jerusalén, no por Dios, en el año 70 d.C. no significa que los templos en general no sean necesarios, eso no se puede deducir de ese hecho porque no tienen relación).

Incluso el mismo Señor prometió a los fieles llevarlos a su Casa, a su Templo santo, y recibir en sus altares los sacrificios:

"Los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración; ACEPTARÉ sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque MI CASA es casa de oración y así la llamarán todos los pueblos."

¿Templo vivo vs. Templo físico?
Los hermanos separados confunden el hecho de que Dios con Jesús hizo una mejor Alianza en la que el Espíritu ya residiría en nosotros haciéndonos templos vivos del Espíritu Santo, para mejorar y reemplazar la antigua Alianza Judía (y con eso quedaba sin vigencia todo lo de ella incluido el Templo, el que fue destruido por otras razones) porque en ella no se recibía el Espíritu, con que en la Nueva Alianza no tendría que haber templos o iglesias porque el único templo somos nosotros.

Ese razonamiento es errado porque son dos cosas totalmente diferentes. Me explico:

Jesús celebró la Eucaristía en el Aposento Alto que hizo las veces de Templo. Y allí los apóstoles, los miembros de su Iglesia que lo han seguido durante tres años y ya habían recibido por esa predicación muchos bienes espirituales, recibieron por el Sacramento los demás bienes espirituales necesarios que los llevaría a recibir el Espíritu Santo en Pentecostés, para hacerlos de esa forma templos vivos del Espíritu. Eso quiere decir que se celebra el culto en la Iglesia o Templo para llegar a ser un día templos vivos del Espíritu Santo cuando se le reciba definitivamente.

Eso demuestra que ser templo vivo del Espíritu Santo no excluye los templos físicos, no es contrario a que existan templos o iglesias donde recibir la predicación, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y hacer las oraciones y la colecta, como lo dice Hch 2, 41-47 que hacían los apóstoles desde la primera comunidad. Lo uno no excluye lo otro porque son dos cosas totalmente diferentes.

Y eso lo ratifica que en Hechos de los Apóstoles dice claramente que los discípulos se reunían en las casas, que hacían de templos porque la Iglesia como ya dijimos era muy nueva, era perseguida, y la religión oficial de Israel era la Judía, y por ello no podían construir templos públicos católicos todavía.
Y en esos templos verdaderos aunque improvisados recibían la predicación (Jn 17, 20-23) y la Eucaristía (Jn 6, 54) para que creyendo a lo proclamado y celebrado recibieran la Gracia necesaria para llegar a ser un día templos vivos del Espíritu Santo recibiéndolo visible y manifestadamente en algún momento de su caminar como miembros de la Iglesia, como los apóstoles lo recibieron en Pentecostés.

Y ya recibidos esos bienes frecuentemente en el Templo, hasta llegar a recibir el Espíritu, desde entonces lo llevamos en nosotros permanentemente y le rendimos adoración y culto en cualquier parte o sitio en Espíritu y verdad, con nuestra vida entera, pero nunca dejamos de alimentarnos de su Palabra y Cuerpo y Sangre en el Templo, porque solo quien come su carne y bebe su sangre permanece en El, como el mismo Jesús lo dijo Jn 6, 56.

Incluso hay un hecho que revela claramente la necesidad y vigencia de los templos como sitio de encuentro con Dios. Cuando Jesús tiene doce años sus padres lo pierden de vista y se les extravía (Lc 2, 41-52). Luego de mucha búsqueda lo encuentran en el Templo ocupándose de las cosas de su Padre, según les dijo. Como sabemos María y la Sagrada Familia son en la Biblia figura de la Iglesia, de cada uno de los creyentes. Y nosotros como Ella debemos buscar afanosamente a Jesús en nuestras vidas. Y nos muestra el relato que solo lo encontraremos en el Templo, que es el sitio privilegiado de encuentro con el Señor por medio de la Eucaristía especialmente pero también por la Palabra, las Oraciones, la Homilía. No hay forma de llegar a ser templos vivos del Espíritu Santo sin antes encontrarnos con Jesús en el Templo, que es donde recibimos los bienes divinos que nos llevan a recibir el Espíritu como en Pentecostés para ser nosotros templos vivos del Espíritu.

Todo ello demuestra que en ningún momento el tener templos o iglesias es contrario a ser nosotros templos vivos del Espíritu Santo. Son dos cosas muy diferentes que los hermanos evangélicos confunden y por eso sacan conclusiones erradas, con errores graves de interpretación.

La Tierra el estrado de sus pies y el Cielo su trono
Y a propósito de la construcción del Templo de Salomón, algunos dicen también, porque Dios dijo en esa ocasión que cual casa se le iba a construir si la Tierra era el estrado de sus pies y el Cielo era su trono (Is 66, 1-2, hch 7, 48-50), que ello significa que Dios no habitaba en templos construidos por manos humanas.

No es cierto porque la misma Biblia y la historia lo desmienten, ya que poco después de decir eso Dios ordenó a Salomón construir el mas majestuoso Templo que haya existido jamás, y en el habitaba y habitó Dios durante muchos siglos para que se le rindiera culto.
Es obvio entonces que lo que quiso decir es que su grandeza era tal que nada de lo que pudiera hacer el hombre podía ser suficientemente adecuado para que la habitara, pero no quiso decir que no vendría o no quisiera venir a habitar en el Templo que le construyeran para que el pueblo le rindiera culto porque así lo hizo desde su construcción, lo que está mas que claro en la Biblia.

Lo que quiso decir con esas palabras es que El decidía libremente, siendo Dios y viviendo en el Universo entero por su grandeza, bajar a residir en un Templo hecho por manos humanas. Por eso dice enseguida de las anteriores palabras: "Me complaceré en los humildes". Queriendo mostrarnos entonces no que no habitará en templos, sino que lo hará para que lo imitemos, para que seamos humildes y no seamos orgullosos creyéndonos mas que los demás, o creyéndonos dioses de nosotros mismos, y nos humillemos para reconocer y adorar al verdadero Dios. Ese fue el camino que nos mostró Jesús al hacerse hombre renunciando a su condición de Dios para hacerse uno de nosotros. Por eso Dios lo exaltó y le dio el Nombre sobre todo nombre. porque Dios ensalza a los humildes y humilla a los orgullosos. Ese es el mensaje real de ese texto, no que no habitará en templos.

Jesús si está también en cada parroquia
Y en el caso de los templos católicos, sabemos que el sacerdote hace presente a Jesucristo al consagrar las especies es porque ya vive Jesús en su interior porque ha vivido antes la recepción del Espíritu Santo como en Pentecostés, porque ya el Sacerdote es a su vez templo del Espíritu Santo.

El Espíritu es la misma unción sacerdotal que Jesús recibió en su Bautismo, por la que consagró las especies en la primera Eucaristía, y es por ella que el Sacerdote participa del Sumo Sacerdocio de Cristo y también puede convertir las especies en su Cuerpo y su Sangre de la misma manera en que lo hizo Jesús. Por ello podemos recibir a Cristo a través de la Eucaristía.

La adoración del Santo Sacramento del Altar es ni mas ni menos que colocar, por voluntad de Dios, la Sagrada Especie de su Cuerpo Eucarístico para adoración de los fieles porque en verdad Jesús está presente en ella como El mismo lo dijo "este es mi cuerpo".
Esa adoración no es diferente en esencia de la que los judíos hacían en el Templo cuando Yahveh llegaba en persona al Arca de la Presencia, ni es diferente a la adoración que los fieles dieron a Jesús en persona durante su paso por la Tierra, por ejemplo la que le dio Pedro cuando hizo su profesión de Fe y lo reconoció como el Hijo del Dios vivo. Esa profesión la hacemos cuando adoramos a Cristo Eucaristía pues con nuestro gesto también le decimos a Cristo en la Sagrada Comunión "Tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo", como El mismo lo reveló. Y hacer esa adoración nos lleva a una mejor compenetración con Jesús al recibir el Sacramento, y a recibir bienes adicionales para santificarnos y crecer en la fe, y para enfrentar la vida diaria con Cristo. ¿Puede haber algo mejor que eso?

¿Porqué construyen templos los que dicen que no se deben tener templos?
Pero me pregunto ¿por qué los que generalmente critican el tener templos hacen también templos y en ellos rinden culto a su manera a Dios? Si hacen o arriendan templos es porque saben que son necesarios para que la asamblea de sus fieles rindan culto a Dios en un sitio adecuado. No deja de haber una gran incoherencia en esas actitudes, la de criticar a otros públicamente por hacerlos pero al mismo tiempo construirlos sin reconocerlo nunca públicamente.. Eso significa que no están en la verdad quienes así opinan. Además porque rinden culto a Dios sin estar Dios presente, lo que es peor porque tanto en la Antigua Alianza como en la Nueva se rinde culto a un Dios presente primero en el Templo, y después en su Iglesia y en nosotros los creyentes. Rendir culto a un Dios no presente es mera idolatría, es una falsa religión y creencia.

¿Porqué adorar y conocer a Cristo en la Iglesia?
En la Iglesia Católica nos reunimos en el Templo para recibir los fieles los bienes de la salvación que nos lleven a vivir la experiencia real de Pentecostés y podamos adorar solo desde ese momento en Espíritu y verdad.
¿Sería adecuado hacerlo en otro sitio? No sería sensato tratar de acomodar a cientos o miles de fieles en un sitio no apropiado para ello. Y si no nos alimentamos del Cuerpo, de la Sangre y de la Palabra viva de Cristo en su Iglesia es imposible llegar un día a adorar en Espíritu y en verdad.

El Señor decidió libremente salvar solo a través de su Iglesia porque ella es su Cuerpo, la que El mismo formó y le entregó los bienes de la salvación, que es lo que muestra la Biblia. El error está en decir que cualquiera puede salvar sin haber recibido esos bienes del mismo Jesús en persona. Y solo los recibió su Iglesia. Al Señor solo se le puede conocer en la Iglesia donde El dijo que vive resucitado, donde se le escucha y se le recibe (Lc 10, 13-16).

Nadie conoce a un personaje mundial, como Nelson Mandela por ejemplo, sin verlo y tratarlo en persona. Por su biografía podremos conocer algunos datos y características suyas pero eso no significa, por mucho que alcancemos a conocer de él, que por eso lo hemos conocido o lo hemos tratado en persona.

Con Jesús pasa lo mismo, solo se le puede seguir y conocer en persona en su iglesia formada por El mismo hace dos mil años y donde El vive resucitado, no por la Biblia que es solo su biografia.

El hecho de que una de las cualidades de Jesús sea la omnipresencia, que pueda estar en cualquier parte, no quiere decir que salve de cualquier manera. Jesús solo salva de la manera en que El estableció para salvarnos, la que muestra la Biblia, y es por medio de su Iglesia. Es un error creer que Jesús salva de cualquier manera.

Como hemos visto, realmente decir que por estas citas no son necesarios los templos es una errada interpretación de los textos.